¿Te has preguntado si tu silla de oficina cumple con las normativas de seguridad vigentes? Aunque a simple vista todas parecen similares, lo cierto es que no todas garantizan la misma estabilidad, resistencia o ergonomía. Conocer la normativa de seguridad en sillas de oficina es clave para asegurarte de que tu equipo cumple con los estándares europeos y protege tu salud postural.
En esta guía te explicamos de forma clara y práctica qué requisitos debe cumplir una silla para considerarse segura, qué normativas aplican (como la UNE-EN 1335) y cómo puedes comprobarlo tú mismo. Ideal si estás evaluando renovar tu mobiliario, trabajas desde casa o gestionas una oficina profesional.
¿Qué es la normativa de seguridad en sillas de oficina?
La normativa de seguridad en sillas de oficina establece los requisitos mínimos que debe cumplir este tipo de mobiliario para garantizar un uso seguro, cómodo y adecuado en entornos laborales. Estas normas regulan aspectos como la estabilidad de la silla, la resistencia de sus materiales, la capacidad de ajuste y la ergonomía general.
En Europa, la normativa más reconocida es la UNE-EN 1335, que define qué características debe tener una silla para ser considerada apta para el trabajo de oficina. Esta norma ha sido desarrollada para proteger la salud postural de los trabajadores y reducir riesgos de lesiones por uso prolongado.
Además de la UNE-EN 1335, existen otras normativas técnicas que complementan la seguridad, como la UNE-EN 1728 para resistencia estructural y la ISO 9241-5, centrada en la ergonomía del puesto de trabajo.
Cumplir con estas regulaciones no solo es recomendable desde el punto de vista de la salud, sino que puede ser una exigencia legal en espacios de trabajo profesional, especialmente si la silla forma parte del equipamiento de una empresa o centro oficial.
💡 En resumen, si tu silla cumple con la normativa, puedes tener la tranquilidad de que ha sido diseñada y testada para ofrecerte seguridad, confort y durabilidad.
Normativas aplicables a las sillas de oficina
En Europa, la normativa de seguridad para sillas de oficina más reconocida es la UNE-EN 1335, una norma que establece los requisitos ergonómicos y de seguridad que deben cumplir las sillas utilizadas en espacios de trabajo. Esta normativa evalúa parámetros esenciales como:
- La altura del asiento y su rango de ajuste
- La profundidad y anchura del asiento
- El respaldo, su inclinación y soporte lumbar
- La resistencia de la base y las ruedas
- La estabilidad general de la estructura
En función de estos elementos, la norma UNE-EN 1335 clasifica las sillas en tres tipos:
- Tipo A: Totalmente regulables en altura, profundidad y respaldo (uso intensivo y profesional)
- Tipo B: Regulables en altura y respaldo, pero no en profundidad
- Tipo C: Solo regulables en altura, destinadas a usos más esporádicos
Otras normas complementarias
Además de la UNE-EN 1335, existen otras normativas que también evalúan distintos aspectos de calidad y seguridad:
- UNE-EN 1728: Evalúa la resistencia y durabilidad estructural del mobiliario mediante ensayos de fatiga.
- EN 1022: Mide la estabilidad de las sillas frente a vuelcos hacia atrás o hacia los lados.
- ISO 9241-5: Estándar centrado en la ergonomía del puesto de trabajo, incluyendo mobiliario, iluminación y entorno físico.
Estas normas, aunque no siempre son obligatorias, son altamente recomendables en el entorno profesional, especialmente en oficinas con uso intensivo o prolongado del mobiliario. Elegir un modelo certificado garantiza no solo seguridad, sino también comodidad y durabilidad.
Por ejemplo, muchas sillas de oficina modernas ya incorporan soluciones ergonómicas avanzadas y cumplen con las normativas mencionadas, lo que las convierte en una inversión segura para espacios de trabajo exigentes.

¿Cómo comprobar si tu silla cumple con la normativa?
Verificar si una silla de oficina cumple con la normativa de seguridad es más sencillo de lo que parece. A continuación, te explicamos los pasos que puedes seguir para asegurarte de que tu silla es segura y apta para un entorno profesional.
Revisa la etiqueta o ficha técnica del producto
La mayoría de fabricantes serios incluyen en la documentación del producto las certificaciones que cumple. Busca menciones explícitas a la norma UNE-EN 1335 o similares. También puedes encontrar símbolos o iconos que indican si es tipo A, B o C según el nivel de ajustes disponibles.
Consulta la web del fabricante o distribuidor
Si no conservas el manual, entra en la web oficial del modelo o distribuidor. En muchas ocasiones, encontrarás allí la ficha técnica descargable con los estándares que cumple.
Analiza visualmente sus características
Aunque no es infalible, puedes detectar algunos indicios de si tu silla cumple con los requisitos:
- ¿Permite regular la altura y la profundidad del asiento?
- ¿El respaldo tiene ajuste lumbar e inclinación?
- ¿La base tiene cinco ruedas y parece robusta?
En caso de duda, lo más recomendable es optar por una silla que indique claramente su homologación. Esto es especialmente importante si trabajas desde casa o pasas muchas horas sentado. Si te preguntas cuánto tiempo dura una silla ergonómica, la respuesta está directamente relacionada con su calidad estructural y el cumplimiento de estas normativas.
¿Qué riesgos implica usar una silla sin normativa?
Utilizar una silla de oficina que no cumple con la normativa de seguridad puede parecer inofensivo a corto plazo, pero con el tiempo puede generar múltiples problemas, tanto físicos como laborales.
Riesgos para la salud
Las sillas que no han sido testadas según normativas como la UNE-EN 1335 o la ISO 9241-5 suelen carecer de ajustes ergonómicos adecuados. Esto puede provocar:
- Dolores de espalda y cuello por mala postura
- Fatiga muscular
- Presión lumbar prolongada
- Problemas circulatorios por falta de soporte
Estos efectos son especialmente relevantes en puestos de estudio o teletrabajo, donde pasamos muchas horas sentados. En ese contexto, usar una silla de estudio homologada puede marcar la diferencia entre comodidad y lesión postural.
Riesgos estructurales
Además del aspecto ergonómico, las sillas sin certificación pueden ser inestables o estar fabricadas con materiales de baja calidad. Esto puede traducirse en:
- Rotura repentina del respaldo o la base
- Ruedas que se desprenden o se bloquean
- Inestabilidad general que provoca caídas
Riesgos legales y laborales
En entornos profesionales, una silla sin normativa puede derivar en responsabilidades legales si causa una lesión laboral. Las empresas deben asegurar que el mobiliario utilizado cumpla con las normativas vigentes de seguridad y salud en el trabajo.
Contar con una silla certificada no es solo una cuestión de confort, sino también de prevención de riesgos laborales y garantía de durabilidad.
Consejos antes de comprar una silla con normativa
Elegir una silla de oficina que cumpla con la normativa de seguridad no solo es una inversión en salud, también es una forma de prevenir problemas futuros. Aquí tienes algunas claves para tomar una buena decisión de compra.
Revisa la ficha técnica
Asegúrate de que la silla cuente con una certificación visible (por ejemplo, UNE-EN 1335) o que la descripción incluya datos claros sobre los ajustes que permite: altura, profundidad del asiento, inclinación del respaldo, etc.
No te fíes solo del diseño
Muchas sillas promocionadas como “ergonómicas” no cumplen con los estándares. La apariencia no siempre garantiza la seguridad. Prefiere marcas o distribuidores que trabajen con mobiliario homologado, especialmente si el uso será intensivo.
Prioriza los modelos ajustables
Cuantas más posibilidades de ajuste tenga la silla, más adaptable será a distintas personas y jornadas laborales largas. Este punto es clave si la silla se va a usar en un entorno compartido.
Compara también el mobiliario complementario
A veces, se pasa por alto que la mesa también influye en la postura. Una silla perfectamente certificada puede perder eficacia si se combina con una superficie de trabajo mal ajustada. Por eso, conviene revisar también cómo debe ser una mesa de oficina, especialmente en espacios donde se busca ergonomía completa.
Compra en distribuidores especializados
Elige tiendas que ofrezcan fichas técnicas completas, asesoramiento personalizado y repuestos en caso de que necesites cambiar ruedas, apoyabrazos o cilindros en el futuro.
Preguntas frecuentes sobre la normativa de seguridad en sillas de oficina
¿Es obligatorio que una silla de oficina cumpla con una normativa?
No siempre es obligatorio, pero sí muy recomendable. En entornos laborales, especialmente aquellos supervisados por inspecciones de riesgos laborales, puede exigirse que el mobiliario esté homologado. En el teletrabajo, aunque no se exige legalmente, es fundamental por salud postural.
¿Qué diferencia hay entre una silla certificada y una silla “ergonómica”?
Una silla certificada ha sido ensayada y aprobada bajo estándares técnicos oficiales, como la norma UNE-EN 1335. En cambio, el término “ergonómica” es comercial y puede usarse sin pruebas reales. Siempre es mejor buscar certificaciones específicas.
¿Dónde se ve si la silla cumple la normativa?
Puedes comprobarlo en la ficha técnica, en la etiqueta que suele estar debajo del asiento o consultando al distribuidor. Las sillas homologadas indican el tipo (A, B o C) y el estándar que cumplen.
¿Qué pasa si uso una silla sin normativa en la oficina?
Además de comprometer tu postura, podrías estar usando un mueble inestable o poco duradero. En el caso de espacios compartidos o empresas, puede haber responsabilidad legal en caso de accidente. De ahí la importancia de usar modelos seguros, incluso para espacios como la sala de reuniones, donde el uso es menos constante, pero debe seguir cumpliendo estándares.
¿Dónde puedo comprar sillas que cumplan la normativa UNE-EN 1335?
En tiendas especializadas en mobiliario de oficina que proporcionen fichas técnicas completas. Evita marketplaces que no incluyan información sobre normativas ni datos de contacto del fabricante.



